Reflexiones bajo los focos

Esta noche te imagino rozando las estrellas con la punta de la nariz. Ya lo has hecho muchas veces bajo el techo de Madrid, aunque esta vez no se trata de faros de quita y pon. Brillarán para ti hasta que salga el sol.
Pienso si el peso que me acompaña sería suficiente hoy para proteger tu piel. ¿Cuántas plumas son necesarias a miles y miles de metros?
Y aquí estoy yo, bajo las estrellas que me han visto crecer, preguntándome cómo se consigue no echar de menos lo que podría ser. Abrazando en sustitución. Llenando a medias la habitación. Invitando a la cama a la reflexión.

Sorteando la desesperación.
Porque el que espera, desespera.
Y yo no quiero desesperar.

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