Involución industrial

No me gustan las mañanas que comienzan bajo tierra. Son amaneceres de alta velocidad, de hormigas desconocidas que se abren paso a golpe de tupper. Subo y bajo cascadas en fila india, con coronillas y traseros aleatorios como paisaje. ¿Será que nunca abandonamos el colegio?
Mientras dejo que me lleve la corriente pienso, ¿es ésta la única alternativa? Ser miembro de una cadena de montaje, con o sin corbata, he ahí la diferencia. Pero aquí se fabrica en serie.
Y doy con la archiconocida clave. Por eso se inventaron los fines de semana. Para que pongamos a punto la maquinaria y reseteemos los sistemas. Porque el lunes no perdona y a Madrid le toca bajar de nuevo a las calderas.

Comentarios

Entradas populares