Almohada

Sólo nos encontramos por lo cómodo de tu hombro. Porque es impermeable y huele a cajón.
En negros en la mente, cuando buscas el Sol y las nubes son más fuertes, cuando las olas te empapan y te lleva la corriente, acudo a ti sin pedir por favor.
Y hoy no vengo a implorarte ni a ahogar mis arranques, vengo a que me arropes mientras duermo si, cuerpo en sueño, decido desnudarme. Mañana te lo agradezco con un poema de los de antes y un hombro ligero y nuevo, para que no te canses.

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