Mis pupilas han descubierto la penumbra tantas veces esta noche que no estoy segura de haber logrado conciliar el sueño. Lograré dormir sin intermitencias cuando el sol se incline un poquito, las hojas se conviertan en alfombras de fuego y los pájaros planeen sobre nuestras cabezas sin miedo al termómetro que tanto observaron a partir de abril.




Necesito un colchón para lanzarme al vacío,
el puenting sin cuerda no es para mí.
No guardes promesas en un saco raído
ni me cuentes historias que no acaban así.
Yo siempre protejo con astucia lo mío
si intentas romperlo me volveré a dormir.

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