Sencillo podría ser simplemente soñar con un séptimo piso de algún hotel con vistas al mar o con un pueblo de cabras en algún lugar donde los hombres rubios y altos son el estándar.
También podría serlo resetear mi cabecita y olvidar lugares a los que prometí volver para escribir un nuevo libro de viajes con destinos que nunca conoceré.
Y aquí estoy, volviendo a empezar la terapia del "esto va a acabar". Recuperando el momento de darme de bruces contra mi propio Muro de las Lamentaciones, de ser consciente de que esto es accesible para todos los públicos y que me dé igual; de nuevo toca escribir. Da igual reservarme al Word que abrirme al Blog; toca escribir.

Sí, mañana, tal vez.

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